jueves, 4 de febrero de 2010

Los cristales pueden quebrarse.
A veces, basta un leve golpe de abanico.
Las telas suelen desgarrarse al contacto de una diminuta astilla.

Se rasgan los papeles...
Se rompen los plasticos...
Se rajan las maderas...
Hasta las paredes se agrietan, tan firmes y solidas como parecen.


¿Y nosotros?
Ah... Nosotros tampoco somos irrompibles.

Nuestros huesos corren el riesgo de fracturarse, nuestra piel puede herirse...
Tambien nuestro corazón aunque siga funcionando como un reloj suizo y el medico nos asegure que estamos sanos.

¡CUIADADO! ¡FRÁGIL! El corazon se daña facilmente.
Cuando oye un "no" redondo o un "si" desganado una especie de "nnnnnsi" y merecia un tintineante "si"...
Cuando lo engañan...
Cuando encuentra candados donde debia encontar puertas abiertas.
Cuando es una rueda que gira solitaria dia tras dia... noche mas noche...
Cuando...

Entonces siente tirones desde arriba, por delante, desde abajo, por detras... o es un potrillito huerfano galopeando dentro del pecho

¿Se arruga?
¿Se encoje?
¿Se estira?
No.
Late lastimado.
¿Y como se cura?
Solamente el amor de otro corazon alivia sus heridas
Solamente el amor de otro corazon las cicatriza.